Ha habido momentos en que hubiera querido decirles a los que estaban a mi alrededor lo que necesitaba de ellos. Pero luego me doy cuenta de que no están en posición de preguntar si necesito algo porque están enfocados en satisfacer sus propias necesidades. En lugar de sentirme sola, Dios me enseña a ajustar la evaluación de mí misma. Quizás ya no sea como un Timoteo buscando a Pablo, pero Dios me ha promovido para servir como Pablo en la vida de quienes me rodean. Quizás ya no soy esa niña indefensa de mis años de formación, pero Dios me ve como una guerrera en la que puede confiar con su misión.
Entonces, la próxima vez que alguien no venga a buscarte o que no se dé cuenta de tus necesidades, alabado sea Dios por haber usado la situación para mostrarte cuánto has crecido. Además, Él puede llevarte a una situación en donde necesites otros nuevos guerreros para que sirvan a tu lado. Dios no está limitado de personal y nos enviará a quienes necesitemos para tomar la próxima colina.
Cuando oro por tí, escucho una canción de victoria. Creo en tí porque creo en el poder de las verdades de la Palabra de Dios en tí, cuando pones Sus verdades en acción.
Con cariño de Anita Carman