Escrito por Anita Carman

Querida Creyente,

¿Has estado boxeando con Dios? Cuando Dios ha tomado Su decisión, ¿todavía estás luchando con Él y con la esperanza de apelar sobre tu caso?

Cuando el recién nacido de David se enfermó, le rogó a Dios que sanara a su hijo. Él lloró, ayunó, oró. Pero cuando Dios permitió que el bebé  muriera, 2 Samuel 12:20 nos dice: “Entonces David se levantó del suelo y en seguida se bañó y se perfumó; luego se vistió y fue a la casa del Señor para adorar.  Después regresó al palacio, pidió que le sirvieran alimentos, y comió. “NVI.  Entonces David consoló a su esposa. El versículo 24 nos dice: “… se unió a ella. Ella le dió un hijo, y le pusieron por nombre Salomón. “NVI.  Una vez que David supo que Dios había tomado su decisión, siguió con su vida. Ya no trató de cambiar el pasado, sino que aceptó la decisión de Dios y se concentró en el futuro, en lugar de llorar por el niño que murió, ya que esperaba a otro hijo. Como resultado, Salomón nació.

¿Quién es el Salomón en tu vida? En lugar de estar en duelo por una decisión que Dios hizo con respecto a alguien a quien querías aferrarte, ¿ya es hora de dejarlo ir y permitir a Dios que te dé una nueva relación?

Oro porque este mensaje te haya animado de una manera especial. Cuando oro por tí, escucho una canción de victoria. Creo en tí porque creo en el poder de la Palabra de Dios en tí, y cómo pones Su palabra en acción.

Con cariño, Anita

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