Escrito por Anita Carman

Querida Creyente,

¿Alguna vez te has sentido sola en las batallas de la vida y deseando que lleguen refuerzos? En lugar de tratar de caminar sola, ¿podría ser hoy el día de pedir ayuda?

Cuando Pablo fue enviado a prisión por predicar el evangelio, tuvo la humildad de admitir que necesitaba refuerzos. En 2 Timoteo 4:11 dice a Timoteo: “Sólo Lucas está conmigo. Recoge a Marcos y tráelo contigo, porque me es de ayuda en mi ministerio.” NVI.

Observa las palabras “mi ministerio”. Pablo no se estaba refiriendo al ministerio en general, sino que estaba señalando a la obra específica que Dios le dió para hacer. Al hacer este trabajo, se encontró en un lugar oscuro. En lugar de permitir que la vida lo aislara, Pablo tuvo la sabiduría de saber lo que necesitaba personalmente. Él tuvo a Lucas con él. Le estaba escribiendo a Timoteo para pedir su ayuda y también para contactar a Marcos. Así que Pablo empezó a rodearse de Lucas, Timoteo, y Marcos. Él sabía lo que necesitaba y cuántas personas necesitaba y no se avergonzó de pedir ayuda.

¿Y tú? ¿Quiénes y cuántas personas necesitas para terminar el trabajo que Dios te ha dado para hacer? Es posible que algunos vengan por su propia iniciativa, pero a otros habrá que invitarlos. A final de cuentas, el objetivo final es proteger la misión de Dios con todos los refuerzos que sean necesarios. ¿Es hoy el día de reunir refuerzos?

Oro porque este mensaje te haya animado de una manera especial. Cuando oro por tí, escucho una canción de victoria. Creo en tí porquecreo en el poder de la Palabra de Dios en tí, y cómo pones Su palabra en acción.

Con cariño, Anita

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