Independientemente de lo que hayas construido, ¿estás dispuesto a derribarlo si lo que has construido no cumple el propósito de Dios? Hechos 8:9-13 nos cuenta cómo Simón, que practicaba la hechicería, tenía la atención del pueblo, tanto en las esferas altas como en las bajas. Sin embargo, a pesar del número de sus seguidores, cambió de rumbo cuando escuchó el evangelio y creyó. Él “creyó y fue bautizado. Y seguía a Felipe a todas partes…” ¿Y tú? ¿Seguirás a un nuevo líder que esté alineado con lo que Dios está haciendo? ¿O estás más preocupado por proteger tu reino?
Cuando oro por tí, escucho una canción de victoria. Creo en tí porque creo en el poder de las verdades de la Palabra de Dios en tí, cuando pones Sus verdades en acción.
Con cariño de Anita Carman