Escrito por Anita Carman
Querida Creyente,
¿Estás pasando por una etapa difícil? ¿Te parece que la vida está atacando tus más profundas vulnerabilidades y destruyendo aquello en lo que una vez ponías fe? ¿Qué clase de consuelo podemos encontrar en la Palabra de Dios en dicha temporada?
Mi amiga Lois Evans, esposa del Dr. Tony Evans, estará dando una plática conmigo en la Conferencia de Inspire Women el 1 de noviembre de 2013. (Este es el mismo día que la ciudad de Houston ha proclamado como el Día de Agradecimiento a Mentores. Así que estaremos honrando a las madres y a los mentores por su papel al ayudarnos a encontrar la chispa que nos motiva a vivir para el propósito de Dios.) Hace años, Lois compartió conmigo su punto de vista cuando pase por una época difícil. Me dijo -Esto también pasará-. Estoy muy agradecida con Lois por esta enseñanza.
¿Qué otro consuelo podemos encontrar en la Palabra de Dios? El apóstol Pedro estaba en una situación en la que el lugar en donde él puso su confianza comenzó a desmoronarse. Recordemos que en Lucas 22:31-32 Jesús dijo a Pedro: “Simón, Simón, mira que Satanás ha pedido zarandearlos a ustedes como si fueran trigo. Pero yo he orado por ti, para que no falle tu fe. Y tú, cuando te hayas vuelto a mí, fortalece a tus hermanos.”Aprendiendo de Pedro, Dios me da consuelo con las siguientes ideas para que me ayuden en mis épocas difíciles:
1. Cuando Jesús le dijo a Pedro que Satanás le pidió zarandearlo como al trigo, el verbo “pide” me dice que antes de que el diablo nos toque, lo primero que hace es pedirle permiso a Dios. Esto me da la seguridad de que Dios no se sorprende con nuestras aflicciones. Aun en esas situaciones, Dios controla los detalles porque Él tiene un propósito para cada lágrima que derramamos y cada sufrimiento que Él permite en nuestra vida.
2. Jesús usó las palabras “zarandeándote como si fueran trigo”. El verbo “zarandear” me dice que las aflicciones sirven para separar y purificar. Así que me pregunto: “¿De qué se está deshaciendo Dios en mi vida que me hará una balsa más pura y más fuerte?” Desde mi punto de vista personal, yo veo a Dios utilizando mis aflicciones para deshacerse de mi dependencia en un plan. Ha permitido cambios en mi vida que me inquietan para que yo aprenda a hacer que Él sea mi plan. La idea es, que mi seguridad no se trata de una estrategia, sino del Dios que camina conmigo a través de contratiempos o sorpresas en mi vida. En el caso de Pedro, creo que lo que Dios estaba sacudiendo de él era la confianza en sí mismo. Estaba tan seguro de que no abandonaría a Jesús sólo para descubrir que su fe no lo pudo soportar. Dios estaba sacudiendo el orgullo de Pedro para que pudiera comenzar un ministerio poderoso con una actitud de un humilde servidor.
3. ¿Has visto las palabras “Pero yo he orado por ti, Pedro”? La tranquilidad que esto me da es saber que cuando Satanás pide permiso para zarandearme como al trigo, puedo pedirle a Jesús para que ore por mí. ¿Te imaginas a Jesús orando por ti?
4. Observa que Jesús oró para que la fe de Pedro no fallara. Sin embargo, en las siguientes palabras Él dice: “Y tú, cuando te hayas vuelto a mí, fortalece a tus hermanos” Entonces, ¿el hecho de que Pedro tuvo que dar marcha atrás nos dice que su fe fracasó? ¿Y si la fe de Pedro falló, esto significa que Dios no respondió a la oración de Jesús? ¿O podría ser que incluso cuando Jesús oró para que nuestra fe no fallara, él sabe que tal vez pasemos por algunos contratiempos, pero que en última instancia, elegiremos a Dios? La tranquilidad que esto me da es entender que el camino de mi fe es un proceso. El hecho de que pierda la fe no significa que tenga que permanecer allí. Jesús ya ha orado para que me recupere y para mi victoria final. Lo que también sé es que todo por lo que Jesús ora Dios lo concederá.
5. Nuestra fe no fue diseñada para presumir de ella. Dios desea nuestra fe porque hemos sido elegidos para ser testigos de Él, y cuando la gente observe nuestras vidas, se maravillen del Dios que servimos. El propósito de la fe de Pedro fue el de fortalecer a sus hermanos. Mis aflicciones se convierten en el campo de prueba para sacudirme de las impurezas dentro mí. Pero una vez sacudido, me convierto en una barca que Dios muestra al mundo para llamar la atención hacia él. Mi fe es su honor. ¿Alguien se ha maravillado de Dios últimamente debido a la forma en la que has vuelto de tus aflicciones para representar a Dios? Oro para que esta devoción te haya animado de alguna manera especial. Cuando oro por tí, escucho una canción de la victoria. Creo en ti porque creo en el poder de la Palabra de Dios en tí, y cómo pones Su palabra en acción.
Con cariño, Anita