Una niña de 15 meses caminaba frente a mí cuando yo estaba sentada en una banca esperando a que me llamaran en un restaurante. Cinco pasos detrás de ella estaba su padre. Me vió mirando a su hija con una expresión que preguntaba: “¿De quién es esa niña? ¿Está perdida? ¿Está sola?” Me hizo tranquilizarme al tocarse el pecho, haciéndome señas de que la niña era suya. Le dije: “¡Qué linda!” Él sonrió con una sonrisa y dijo: “¡Gracias!” Estaba claro que era la niña de sus ojos, pero le encantó que alguien más estuviera de acuerdo.
Todo este intercambio me hizo preguntarme cómo piensa nuestro padre celestial de nosotros. ¿Sonríe cuando nos mira? ¿Se enorgullece cuando otros nos notan? ¿Él dice: “Ese es mío”? ¿Cómo responderás hoy como quien es la niña de los ojos de tu padre celestial?
Cuando oro por tí, escucho una canción de victoria. Creo en tí porque creo en el poder de la verdad de la Palabra de Dios en tí, cuando pones Su verdad en acción.
Con cariño de Anita Carman