Cuando Dios te da una bendición, ¿te das palmaditas en la espalda y te dices todas las razones por las que la mereces? Cuando Dios permite el sufrimiento en tu vida, ¿te quejas y enumeras todas las razones por las que no mereces sufrir? ¿No se te hace interesante que no cuestionamos a Dios cuando recibimos bendiciones inmerecidas, sino que exigimos una explicación cuando experimentamos sufrimientos? ¿Será que Dios quiere que confiemos en Él tanto en tiempos de bendiciones como en tiempos de sufrimiento? ¿Será que Él quiere una relación con nosotros independiente de nuestras circunstancias?
Cuando rezo por ti, “escucho” una canción de victoria. Creo en ti porque creo en las verdades de Dios en ti cuando pones Sus verdades en acción.
Con cariño de Anita Carman