Cuando me encuentro sin poder dormir en la noche, generalmente es porque he permitido que un evento se vuelva más grande para mí que Dios mismo. He permitido que mi propio miedo empuje a Dios de Su trono. En cuanto más me concentro en mi miedo, más grande se vuelve el miedo. El rey David dijo en el Salmo 16:7: “Bendeciré al Señor, que me aconseja; aun de noche me instruye mi conciencia”. Cuando centramos nuestro corazón en el Señor que nos aconseja, encontraremos nuestra paz. Él se encuentra con nosotros donde estamos en medio de la noche y tiene la palabra perfecta para nuestra situación.
Cuando oro por ti, “escucho” una canción de victoria. Creo en ti porque creo en las verdades de Dios en ti cuando pones Sus verdades en acción.
Con cariño de Anita Carman