Solía decir que todo lo que necesitaba era a Dios. Pero un día, me di cuenta de que me estaba engañando. En el fondo, mi esperanza siempre estaba en algo además de Dios. Era mi trabajo, más Dios. Era mi fondo de jubilación, más Dios. Era en tener personas en mi vida con las que pudiera contar, más Dios. Pero qué pasa cuando todo lo que tengo es a Dios. El rey David dijo en el Salmo 62:5-6, “Sólo en Dios halla descanso mi alma; de él viene mi esperanza. Sólo él es mi roca y mi salvación; él es mi protector y no habré de caer”. ¿Escuchaste las palabras “sólo en Dios”?
Cuando rezo por ti, “escucho” una canción de victoria. Creo en ti porque creo en las verdades de Dios en ti cuando pones Sus verdades en acción.
Con cariño de Anita Carman