Escrito por Anita Carman
Querida Creyente,
¿Alguna vez has revivido otra vez los pecados del pasado y hecho una lista de todo lo que hiciste mal? ¿Cuánto tiempo le dedicas a martirizarte a ti misma?
En Isaías 1:18 Dios dijo: ¿Son sus pecados como escarlata? ¡Quedaran blancos como la nieve! ¿Son rojos como la purpura? ¡Quedaran como la lana! NVI. Observa que Dios no es ciego con nuestros pecados. Describió nuestros pecados como escarlata. Describió nuestros pecados rojos como la purpura. ¡Nuestros pecados son como grandes manchas rojas sobre un lienzo en blanco!
Dios quiere que sepamos que nuestra manera de martirizarnos a nosotros mismos por nuestros errores es un ejercicio inútil que no va a quitar la mancha del pecado. Al razonar con nosotros, Dios quiere que aceptemos Su solución para tratar al pecado. El camino de Dios nos lava dejándonos blancas como la nieve. Él es como el blanqueador que elimina cualquier rastro de pecado. Así que imagínate un lienzo blanco con manchas que se transforma ¡y queda como algo donde lo único que se ve es color blanco puro!
La próxima vez que trates de deshacerte de esa horrible sensación de no dar el ancho, ¿por qué no intentar la solución de Dios? Vamos a la cruz, confesemos nuestros pecados y agradezcámosle a Dios por enviar a Jesús a pagar el castigo por nuestros pecados. Después levántate y empieza de nuevo con borrón y cuenta nueva, blanco como la nieve.
Oro porque este mensaje te haya animado de una manera especial. Cuando oro por tí, escucho una canción de victoria. Creo en tí porque creo en el poder de la Palabra de Dios en tí, y cómo pones Su palabra en acción.
Con cariño, Anita