¿Alguna vez te has sorprendido cuando Dios te ha dado un codazo suave para que sigas adelante? Quizás simplemente te has puesto cómoda y te has arraigado más a donde estabas. Éxodo 13:21 nos dice que Moisés y miles de personas que andaban con él en el desierto se movían cada vez que la nube se movía. Fue la manera en la que Dios les enseñaba a estar menos enfocados en la necesidad de permanencia y a confiar en Él. ¿Ha permitido Dios que las circunstancias te desarraiguen? En lugar de sentir resentimiento por tener que sacar tus raíces del suelo, ¿irás a donde Dios te lleve? ¿Observarás lo que Dios está haciendo y dejarás que Él sea tu brújula?

Cuando rezo por ti, “escucho” una canción de victoria. Creo en ti porque creo en las verdades de Dios en ti cuando pones Sus verdades en acción.

Con cariño de Anita Carman