Estaba buscando mi auto en el estacionamiento, pero no pude encontrarlo.
Estaba segura de que me había estacionado cerca de la entrada principal, pero el
estacionamiento estaba lleno y muchos de los autos más altos bloqueaban mi vista.
Me estiré para mirar por encima de los techos de los otros autos y vislumbré un
color que se parecía al de mi auto. Procedí en la dirección del atributo observable
de mi auto para ver mejor. Estaba eufórica cuando encontré mi coche y suspiré de
alivio.Este incidente me hizo pensar en los momentos en que estoy rodeada de
cosas que llenan mi cerebro hasta el punto en que no estoy segura de lo que estoy
buscando. Es la sensación más extraña sentir que has dejado algo atrás o que algo
falta, pero no puedes encontrar lo que falta. Ayuda a mantener en nuestras mentes
algunos atributos básicos de lo que estamos buscando, como por ejemplo, recordar
el color de mi automóvil. Detente y mira más allá de los detalles que no te
acercarán a los atributos básicos que estás buscando. Si no queremos perdernos en
el bullicio, primero debemos resolver los atributos de lo que estamos buscando.

Cuando se trata del propósito de nuestra vida, ¿qué es lo que se puede
negociar? Una vez que nos hayamos decidido por lo que no es negociable,
estaremos más claros sobre cómo llegar a lo que nos pertenece. Así es, más que un
automóvil, somos obra de Dios y nuestro propósito nos pertenece. No dejes ir a tu
propósito. Ten la fuerza de aprovecharlo. Cuando vivimos nuestro propósito es
cuando honramos mejor al Dios que nos creó.

Cuando oro por tí, escucho una canción de victoria. Creo en tí porque creo
en el poder de la Palabra de Dios en tí, cuando pones Su palabra en acción.

Con cariño de Anita Carman