Mi hijo vino de visita de Japón y toda la familia nos fuimos en dos autos a un lugar de paseo a cuatro horas de distancia. Con nosotros llevábamos un bebé y un niño pequeño. La temperatura estaba por encima de los 100 grados Fahrenheit. Una hora y media después de que salimos, el aire acondicionado del automóvil donde iban los niños se descompuso. Comenzaron a gritar en sus asientos y nos preocupaba que pudieran sufrir de insolación. Nos detuvimos para trasladar a los niños al automóvil con el aire acondicionado que funcionaba y los hombres se fueron en al auto sin aire acondicionado. El calor era brutal pero los hombres llegaron a nuestro destino empapados en sudor, pero con buen espíritu. Los hermanos conversaron todo el tiempo en ese auto mientras su papá iba en el asiento de atrás disfrutando de ver a sus hijos en su sólida relación.

En el camino de regreso, no podíamos creer que el aire acondicionado del automóvil que funcionaba de ida dejara de funcionar también. ¿Qué hubiéramos hecho con dos autos sin aire acondicionado si no hubiéramos seguido las instrucciones de Dios de alquilar un auto de repuesto? Así que esta vez actuamos como profesionales en cambiar a los niños al tercer auto, y todos tomaron el nuevo desafío con calma. Los ánimos no se encendieron, no perdimos el tiempo quejándonos, nos enfocamos en nuestro tiempo juntos y alabando a Dios por la familia y cómo fuimos más fuertes juntos que solos para resolver los desafíos de la vida.

Qué lección fue esta experiencia para nosotros, independientemente de nuestros planes, la vida sucede con todos sus giros inesperados. Lo que hacemos en respuesta tiene la oportunidad de separarnos o unirnos con historias memorables que compartiremos con los niños cuando crezcan. ¿Cómo respondieron los adultos? Nuestras respuestas revelan nuestros valores, nuestra fe y nuestra expresión de la imagen de Dios al mundo.

Cuando oro por tí, escucho una canción de victoria. Creo en tí porque creo en el poder de la verdad de la Palabra de Dios en tí, cuando pones Su verdad en acción.

Con cariño de Anita Carman