Cuando una empresa o ministerio se reorganiza y eliminan tu puesto, ¿cómo haces una transición honestamente? El hecho es que una vez fuiste la persona a quien entrevistaron y te emocionó ser incluida en su equipo. Alguna vez fuiste la persona prometedora, la que llevó a la organización al siguiente nivel. ¿Alguna vez imaginaste que llegaría un día en que tu trabajo terminaría tan bruscamente? ¿Pensaste que te habrías estar despidiendo de aquellos que sirvieron a tu lado durante años? ¿Creías que dejarías lo que sabías para entrar en lo desconocido, durante un momento de tu vida en el que anhelas lo que es familiar y firme?

Cuando el camino desaparece, ¿cómo encuentras un nuevo camino? La Biblia nos dice que Jesús no tenía un lugar para descansar su cabeza. Sin embargo, nunca hubo un día en el que estuviera vagando sin rumbo. Nos enseña que nuestra identidad impulsa nuestra misión. La etapa puede cambiar, las circunstancias pueden cambiar, pero la misión sigue siendo la misma. Entonces pregúntate “¿Qué queda?” Luego comienza con lo que queda y alinea tus energías y recursos para caminar a través de la próxima puerta abierta que se alinie con la misión de Dios en la tierra. En la misión de Dios, encontraremos nuestro propósito.

Cuando oro por tí, escucho una canción de victoria. Creo en tí porque creo en el poder de la verdad de la Palabra de Dios en tí, cuando pones Su verdad en acción.

Con cariño de Anita Carman