Vi la emoción en los ojos de mi nieto cuando se puso una paleta de hielo en la boca por primera vez. Su alegría me hizo pensar en los primeros descubrimientos que todos experimentamos. En un momento de nuestras vidas, experimentamos esas “primeras veces” en la aventura de la vida. Sin embargo, en cuanto más vivimos, más permitimos que esos eventos de primera vez se conviertan en un evento del pasado. Lo extraordinario se vuelve ordinario. Perdemos la maravilla que una vez sentimos y concluimos que no hay nada nuevo bajo el sol.

La Biblia nos dice que vivamos con esperanza para el futuro y con anticipación de lo que Dios ha planeado para nosotros. Dios quiere que sepamos que ningunos ojos han visto y que ninguna mente puede imaginar lo que está delante de nosotros. Imagina vivir todos los días esperando aprender algo nuevo, crecer de formas que nunca pensamos posibles, seguir caminando hacia nuevos comienzos que nos ayudan a dejar nuestra huella en la tierra por el honor de Dios.

Si la vida se ha vuelto ordinaria, ¿podría ser porque te has cansado de hacer el bien? Entonces piensa en maneras que puedas cambiar las cosas. Conduce por una ruta diferente, visita una comunidad diferente, haz algo extraordinario para sorprenderte a tí misma y a quienes te rodean. Aprovecha la vida por el regalo que es y vive con la maravilla que ves en los ojos de un niño.

Cuando oro por tí, escucho una canción de victoria. Creo en tí porque creo en el poder de la verdad de la Palabra de Dios en tí, cuando pones Su verdad en acción.
Con cariño de Anita Carman