He tenido días que he despertado sintiendo la carga de alguien que estaba pasando por un momento difícil. Sin importar lo que trataba para distraerme, mi mente continuaba reciclando los detalles de una situación más allá de mi control. Aunque traté de comunicarle la situación a Dios, sabía que estaba buscando secretamente una forma que pudiera ayudar.

Hay algunas relaciones tan cercanas a nosotros que nos encontramos inmersos en lo que va y viene en los días buenos y malos de otra persona. Lo que me ha ayudado es aprender de Maria que, aunque se sintió impotente mientras veía a su hijo sufrir en la cruz, eligió estar disponible y decidió pararse justo frente a la cruz. Cuando el único regalo y el mejor regalo que podemos dar es el regalo de nuestra presencia, es nuestra declaración de que “aunque todos te abandonen, todavía estaré a tu lado”. Y en la unión encontramos un tesoro que ningún dinero puede comprar y ese es el tesoro de nuestro compromiso y relación entre nosotros.

Cuando oro por tí, escucho una canción de victoria. Creo en tí porque creo en el poder de las verdades de la Palabra de Dios en tí, cuando pones Sus verdades en acción.

Con cariño de Anita Carman